En estos diez años de Revolución, el pueblo y su líder-comandante: Hugo Chávez Frías están tratando de derribar al Estado Burgués que impera en nuestros días, ese Estado que ni siquiera ha recibido el buen zarpazo que se merece, por parte de la clase proletaria, campesina o trabajadora, es decir, a todo capitalista le llega el látigo de la rebelión. Para ejecutar esta acometida es necesario un Partido Revolucionario, que sea sumamente leal para toda la sociedad desposeída, que profundice o re-penetre la Política Participativa y Protagónica (táctica elemental, sobre la política de las tres R).
La columna vertebral de un partido socialista o bolivariano, tiene la obligación de fundamentarse en la raíz ideológica del hombre nuevo y la mujer nueva, como lo pregonaba el Ché Guevara. Un partido que sea consiente de las luchas de clases, un partido que tenga la fuerza de un movimiento social que se afirme en las calles y que tenga su principal hegemonía en la vida social, un partido que no se deje llevar por vacilaciones para tomar el centro de poder-económico burgués, un partido que sea controlado por el Pueblo organizado y que este colmado de Moral y de Ética Revolucionaria, un partido que rechace la política representativa y pragmática (política del capital).
Es hora de profundizar esta tercera etapa de la revolución, que tanto trabajo nos ha costado conseguir, es una labor necesaria que queremos construir; para la salvación de la patria. Pero, tiene una moribunda enfermedad en sus entrañas como lo es: la contrarrevolución con su Globovisión o peor aun, la derecha endógena en nuestras “organizaciones bolivarianas o instituciones socialistas”. Esta última peste, es la culpable de la frialdad de políticas publicas hacia el pueblo, además, que le reprocha la no participación popular y protagónica en las actividades políticas.
La columna vertebral de un partido socialista o bolivariano, tiene la obligación de fundamentarse en la raíz ideológica del hombre nuevo y la mujer nueva, como lo pregonaba el Ché Guevara. Un partido que sea consiente de las luchas de clases, un partido que tenga la fuerza de un movimiento social que se afirme en las calles y que tenga su principal hegemonía en la vida social, un partido que no se deje llevar por vacilaciones para tomar el centro de poder-económico burgués, un partido que sea controlado por el Pueblo organizado y que este colmado de Moral y de Ética Revolucionaria, un partido que rechace la política representativa y pragmática (política del capital).
Es hora de profundizar esta tercera etapa de la revolución, que tanto trabajo nos ha costado conseguir, es una labor necesaria que queremos construir; para la salvación de la patria. Pero, tiene una moribunda enfermedad en sus entrañas como lo es: la contrarrevolución con su Globovisión o peor aun, la derecha endógena en nuestras “organizaciones bolivarianas o instituciones socialistas”. Esta última peste, es la culpable de la frialdad de políticas publicas hacia el pueblo, además, que le reprocha la no participación popular y protagónica en las actividades políticas.
¡Alerta Roja….Nuestro Pueblo, es el mensajero de nuestra rebelión…!
Escrito por Omar Soto
Estudiante de Comunicacion Social de la UBV - Barinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario