Siglo XX, épocas duras para la humanidad que sufría grandes transformaciones en sus sistemas sociales, económicos, políticos, morales y culturales; épocas de dominaciones hegemónicas.
La gran victoria de la Revolución rusa de 1917, fue un gran alcance por parte de los obreros, militares y pueblo organizado, liderados por los mayores revolucionarios marxistas: Vladimír Lenin, un hombre que dio toda su vida por la majestuosa Rusia y los demás países que conformaron la Unión Soviética (URSS), poco a poco su sistema de poder fue contagiado por los parásitos de la burocracia estalinista que planificaron, (según ciertos autores de la Historia Universal), la muerte de dicho mártir a través de un envenenamiento. Así pues, Jósef Stalin y sus acólitos fueron los encargados de derrumbar la verdadera esencia de la URSS, la Internacional Comunista, la Revolución española y el sabotaje de la Revolución Cultural de China liderada por Mao Tse-tung, es decir, dejaron que los frágiles países de la Europa Occidental, se recuperaran de las dramáticas perdidas de la Segunda Guerra Mundial (con la intervención de los EEUU), y se levantaran para tomar el poder hegemónico a nivel global.
En esos tiempos de crisis económica y bélica (La Guerra Fría), surgió en los años de 1960 la tesis del nuevo sistema “socialista” pregonados principalmente por los neo-comunistas o neo-estalinistas, y que a la vez trataban de achicar o desplazar el verdadero sistema de vida: el marxismo revolucionario, al transcurrir el tiempo esos mismos dirigentes fueron tragados vorazmente por el gran vicio de la burocracia y la corrupción a finales de los años de 1980 o ha comienzos de la década de 1990 (la caída del muro de Berlín, o el destierro de la URSS).
Esta pesada catástrofe, fue un duro golpe para la esperanza de los movimientos de izquierdas y obreros a nivel internacional que estaban organizados en cuadros políticos, revolucionarios y democráticos, quedaron desorientados y desorganizados, ya sea por un carácter moral, ideológico y político (sus lideres desaparecieron). Otros trabajadores alentaban de un florecimiento de una “evolución obrera” que derribara el poder-central-dictatorial (el estalinismo). Por otro lado, los neo-liberales se empeñaban que la historia (Luchas de Clases), había desaparecido de la faz de la Tierra por su “solemne victoria” a nivel mundial.
A nuestros días del nuevo milenio del Siglo XXI, nace otro paradigma. La clase obrera, ya no son los que trabajan en las construcciones de grandes edificios o la clase campesina que labra las tierras del campo; “no” va más allá, la clase proletaria del Siglo XXI ha abarcado y tocado a los profesionales con Licenciaturas, Post-grado, Doctorado, Técnicos universitarios o trabajadores de otras cualidades, debido a que todos vosotros les trabajamos al gran sistema del capitalismo global, hay que romper definitivamente con el método del asalariado que vende su fuerza de trabajo por unos sueldos mezquinos que son impuestos por el burgués; y además nos aleja, de la franca conciencia social, en conclusión, el régimen imperioso de vida: el marxismo revolucionario, a evolucionado radicalmente referente a todo el lapso de la crisis económica-capitalista que se ve hoy en día. Ese progreso es: el bolivarianismo revolucionario, dicho procedimiento será concebido a través de una verdadera construcción de un Socialismo Real, que es amenazada por la dictadura de la potencia imperial de EEUU.
Escrito por Omar Soto
Estudiante de Comunicacion Social de la UBV- Barinas
miranda_republicano@hotmail.com
1 comentario:
El propio Che al que tenéis en la imagen, se distanció del revisionismo de la URSS de Kruschev y se alineó con Mao precisamente porque era lo que vosotros denomináis "estalinista".
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